domingo, 5 de febrero de 2012

Absorbo su aroma.

Trepa deliciosamente con su lengua por los costados de mi vientre, escalando suavemente, dejando un rastro diáfano que estremece y refresca mi piel erizada aun por el orgasmo.

La boca voraz de mi amante.

La que ha abierto de par en par las puertas del cielo, deleitándome con su gemido.

La que me toca, devora y
complace.


Mil veces desee esa boca perversa y cruel, implacable e inocente, agitando mi cuerpo, enmarañándose en el vello terso de mi sexo.
Su boca con sed buscaba entre besos y lengüetazos la grieta bañada y ardiente , haciéndole paso con la yema de mis dedos, abrí y acaricie…para que su lengua hambrienta encajara con mi sexo y con su Ser.
                                                            
Su boca y mi sexo conectados, labios con labios, por fin.

Calandome  hasta los huesos con su saliva.

Mezclandose con mis jugos en una sinfonía perfecta.


Sus dedos uniéndose con la danza certera, introduciéndolos anhelantes en toda su expansión, recorriéndome por dentro, acariciando mis paredes internas, indagando…hurgando.
Relamiendo con deleite , sobándolo a lengüetazos, obligándo a mi sollozo a salir , apretando como si lo engullera con el orgasmo.

Una vez tras otra transita por la piel desnuda de mi sexo empapado, jugueteando, devorando, mordisqueando armonioso, cerciorándose que me voy a deshacer de placer, deseo que me succione, derretirme en el, con el.

Mi clítoris, palpitante y desafiante, se hace ver entre mi sexo  pleno de humedad, rojo y caliente…como una boca que reclama ser besada por otra…que suplica ser lamida…rebuscona y traviesa, inundándome de gozo.
Mis tetas abandonadas en caricias se estremecen ocultandose bajo mis manos, transformando los pezones, en un color oscurecido, encendidos y duros…obedientes al roce urgente de mis dedos.

Envuelta en sus dientes que me rozan.

Pasando a ser sus manos que abren mis nalgas separándolas para hacerle más fácil el camino hacia mi sexo.
Lengua triunfante, cálido regalo entre mis muslos, descubriendo recorridos entre mi clítoris, que reclama llegar al extasis.

Uhummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm…

Y llega... galopando como una yegua salvaje, gimo y descargo con una fuerza arrolladora, cubierta de cientos de latidos que me disuelven, que me licuan orgásmica entre su boca, en sus dedos ardientes dentro de mí.

Absorbo su aroma y nos engullimos la piel a tragos lentos.

2 comentarios:

pefipresa dijo...

Me encanta,,, uhmmmmmmmmmmmm como tu describes,,ese momemto de placer intenso,,,ufffffff,,un beso.

Anónimo dijo...

Yo te lo guiso, y yo te lo como, si después me comes la boca...